How to make it in America: la N.York real
Nueva York ha salido tantas veces en series y pelis que sin exagerar demasiado prácticamente podríamos rellenar la totalidad de este magazine únicamente con esta ciudad. Pero pocas, muy pocas, nos ha sido presentada de la forma en la que lo hace esta magnífica e infravaloradísima serie de la HBO: How to Make It in America.
¡Dios! Si sólo tenéis que echarle un vistazo a su opening en el vídeo de arriba para daros cuenta de que es algo que merece la pena… Vamos, vamos, pinchad no os cortéis.
Bueno, pues ha sido cancelada. Incomprensiblemente sólo ha durado dos seasons, perdón dos temporadas que se me pega el spanglish latino. Se ve que por motivos de poca audiencia y por ende de poco reconocimiento en la crítica y el show-business. Pero afortunadamente, nos dimos cuenta a tiempo y dimos con ella antes de que esta obra de arte que refleja como ninguna otra el Nueva York cotidiano de nuestra época, cayera en el olvido.
Porque eso es lo que te vas a encontrar en How to Make It in America: la Nueva York real, la que disfrutan y sufren los habitantes cada día y en cada época del año. Es decir, no vas a ver Central Park, ni 5th Avenue, ni el Puente de Brooklyn, ni la Estatua de la Libertad, ni el Empire State (que también de refilón…) no. Aquí descubrirás Williamsburgh, te agobiarás en el gentío de Union Square, te montarás en la línea 5 de Metro, por arte de magia asistirás a un desfile de presentación de una línea de vaqueros en un local perdido de NoLIta y con suerte, cuando termine, te invitarán a algún botellón en un rooftop del Bowery. Y de ahí, a saber dónde acabas…
Eso es How to Make It in America. La vida de un par de newyorkinos autóctonos, chavales de hoy que se buscan la vida como pueden en la gran urbe. Uno, estudiante de moda y otro, superviviente desde pequeñito ven en el diseño de una línea de vaqueros su modo de salir del arroyo y subirse al carro del negocio. Y de eso trata, de cómo dos personas con pocos recursos tratan de llegar a lo más alto y van conociendo a gente. Pero eso sí, gente que conoce a otra gente, que también conoce a otra gente… Contactos que les hacen vivir situaciones de lo más disparatadas pero que son naturalmente cotidianas y creíbles.
El elenco lo componen jóvenes actores con gran talento y alguna que otra cara conocida (Ay! Gina Gershon…). Pero lo que destaca sobre todo es la fotografía, la elección de localizaciones, los tiempos de montaje, el ritmo, el necesitar más y más. Más y más Nueva York. La de verdad, la que se vive. No ésa que sale en las series y en las películas…
El ambiente, sin duda. Esto es Nueva York.
Los actores y los papeles que les designan. Son personas reales, con empleos reales y vidas reales. Tíos y tías como nosotros con trabajos de mierda como nosotros y que de repente entran en un Dheli y se piden un bocata de pastrami con mostaza.
El reflejo de la gente joven. La vida nocturna.
La música mola un puñao (¡qué pinchéis el vídeo, leñe!)
Al ser capítulos de 25', el ritmo es altísimo.
La verdadera prota es la ciudad.
Que la hayan clausurado con sólo dos temporadas en la calle.
Que me haya enterado precisamente de la no continuidad buscando información para este artículo.
El Rasta Mosta de los huevos, qué pesados... (ya sabréis lo qué es cuando veáis la serie)