Viana: En busca de la tumba de César Borgia
Viana es un pequeño pueblo que está muy cerca de Logroño. Y a pesar de ser pequeño tiene un papel en la historia de España bastante destacable. Y no sólo eso, en la historia universal también tiene su hueco por ser el lugar donde César Borgia halló la muerte y donde a día de hoy se encuentra su tumba.
Pero presentemos un poco de contexto para comprender el episodio. Viana fue en su momento parte del Reino de Navarra y por su emplazamiento frontera permanente con el Reino de Castilla. Así que ya podéis imaginar la de conflictos, batallas, saqueos, escaramuzas, peleas, palos, piñas, contiendas, guantazos… que pudieron sucederse por la región durante toda la Edad Media. Por eso no es de extrañar que el Rey Sancho VII “el Fuerte” fundara un bastión de control en la zona para intentar poner un poco de orden al continuado conflicto. No solucionó mucho la verdad, porque las tortas continuaron igual, pero bueno al menos fortificó a Viana y sus habitantes encontraron un lugar donde refugiarse cuando las cosas pintaban mal. Aunque ya vendrían los asedios ya, pero bueno eso es otra historia, no la que nos ocupa. Bueno mejor dicho, rectificamos. Sí. Es la historia que nos ocupa…
El caso es que en una de estas múltiples contiendas entre Castilla y Navarra, donde los castellanos conquistaron Viana y la ocuparon, César Borgia, con su padre ya muerto y él hecho preso por las huestes del nuevo papa, Julio II, tras fugarse de la cárcel donde estaba recluido, marchó al Norte de España a recuperar la ciudad para la Corona de Navarra. La importancia de la plaza no se debía únicamente a su valor estratégico, también tenía un componente simbólico puesto que a Viana se le otorgó hacía ya tiempo el rango de principado, siendo de esta forma el título oficial del futuro heredero a la Corona Navarra, el de Príncipe de Viana. Y claro, había que recuperar el honor fuera como fuera. Es curioso porque esta distinción aún hoy día forma parte del título oficial de la Corona Española: Su Alteza, Príncipe de Asturias, de Viana y de un montón de sitios más.
Pues allá que fue César Borgia como capitán general de los ejércitos del rey Juan de Albret y por extensión del Reino de Navarra. Además para la ocasión también ostentaba el título de Obispo de la localidad… y sí obviamente vamos a hacer el chiste que todos estáis esperando. Exacto, por un título o por otro, el tío en todo momento estaba repartiendo ostias a todo aquel que se le pusiera por delante. Pues bien, tal como fue para allá, allá que se lo cargaron.
[ATENCIÓN SPOILER ASSASSINS CREED 2, THE BROTHERHOOD – NO LEER NI VER EL VÍDEO]
Ocurrió algo parecido a lo que nuestro viejo amigo Ezio Auditore haría en la ficción en Assassins Creed II.
Bueno hay que decir que en realidad hizo muy bien su papel. Sitió de forma magistral a la ciudad durante un buen tiempo pero en un despiste de la guardia y cuando Viana ya estaba a punto de claudicar, algunos soldados enemigos lograron saltar el cerco y dotar de provisiones a la guardia que se encontraba en el interior. Furioso por la torpeza de sus hombres y cabreado por el trabajo de tantos meses echado a perder, la emprendió al galope contra la avanzadilla enemiga. Tan al galope que cuando fue a darles caza se vio prácticamente solo contra ellos y fue víctima de una emboscada que acabó con su vida en un descampado cercano a las murallas. Un fallo de principiante en un magnífico general que había conquistado prácticamente todo lo que se había propuesto al mando del ejército del Papa. Pero claro, el peor error que uno puede cometer es creer que nunca podrás cometer errores. Y es que ya su propia divisa oficial daba muestras de su enorme egocentrismo: “Aut Caesar Aut Nihil: O César o nada”.
Sin embargo hoy en Viana todo está mucho más tranquilo. Es un pueblo bonito, apacible, con grandes restos medievales y con una cercana fábrica de galletas de una marca que exporta a todo el mundo y de la que obviamente no pensamos hacer publicidad porque no nos pagan. Antes que eso preferimos hacerla de un pequeño horno colindante a la Abadía donde preparan unas tortas de aceite almendradas, unos mantecados y una pasta fina llamada “cristal” que están lo siguiente a buenísimas. Y que sólo por el olor con el que impregna a la entrada peatonal al casco histórico ya se ha ganado esta mención publicitaria. Es más, le vamos a colocar hasta fotos del producto y todo. ¡Be There Before con el pequeño comercio tradicional!
Tampoco es extraño encontrarnos con peregrinos que marchan a Santiago y que hacen posta en Viana. De hecho el albergue de peregrinos se encuentra pegado a uno de los muros de la Abadía en un pequeño pasadizo que separa al edificio con el que limita. Nosotros, en vuestra marcha, os recomendamos que tras una agradable visita por los restos góticos de esta gran iglesia y sólo después de haber contemplado las vistas del valle que mira hacia Logroño, ya emprendáis camino hacia la plaza principal de la localidad donde se encuentra la iglesia mayor.
Porque es en ella donde yacen los restos del “querido” César Borgia. Y lo pongo entre comillas porque los vaivenes que ha tenido su cadáver a lo largo de la historia han sido bastante temblorosos. Lo han trasladado varias veces, le han denegado el derecho a yacer en suelo santo por sus sanguinarias tropelías, posteriormente le han vuelto a permitir que sí compartiera suelo sagrado, ahora sí, ahora no… vamos que el pobre César, en paz lo que se dice en paz, no ha descansado mucho, la verdad. Hoy, ya establecido en un sitio permanente, sus restos y su lápida se encuentran a la puerta de la iglesia. Fuera de ella, pero al menos dentro de los límites del recinto sacro. Así que bueno, algo es algo. Por lo menos tiene un lugar privilegiado en la zona más importante y bella de Viana con niños de valores tradicionales que juegan y ríen despreocupados.
Y no sólo eso. Recientemente la villa navarra decidió erigirle un monumento conmemorativo para que todo visitante supiera que César Borgia había perdido la vida luchando por la libertad del reino ante el opresor castellano. Y gracias a ese bonito busto, hoy César Borgia, Capitán General de los Ejércitos del Papa y del Reino de Navarra, puede contemplar desde su podio la bonita iglesia que acoge su cenotafio y lo que es mejor aún, el magnífico y bonito restaurante colindante que lleva su nombre.
No conozco Viana. Esta claro que es un sitio para ver. Disfrutar de unos dias alli , liarse hacer fotos y abrir los sentidos. Muy bien redactado amigo.
Un Saludo
No sólo Viana, muy cerca tienes La Rioja entera que es una joya donde todo queda a mano y la Rioja Alavesa que es igual o más interesante incluso. Bienvenido y gracias por el comentario Luis!
Se agradece muchísimos estos pasajes de la historia española, ya que se termina aprendiendo muchas cosas, yo por ejemplo desconocía que hubiera existido el Principado de Viana. Sin embargo me queda una duda, ¿cómo pasó César Borgia de ser prisionero y fugitivo del nuevo Papa a comandar su ejército?
Upppsss! quería decir del Rey Juan de Albret (Navarro) y por extensión de el Reino de Navarra. Corrijo! Gracias por comentar lienadesp!
No tengo el placer de conocer Viana, pero está claro que merece una visita, Navarra y la Rioja es una zona de la península que no tengo el placer de conocer y me llama mucho la verdad. Muchas veces viajamos al extranjero buscando historia y paisajes y probablemente tengamos algo mejor mucho más cerca de casa.
Cuando fui a Logroño nadie me dijo de la existencia de Viana, una lástima, hubiese ido seguro después de lo leído. Además, la serie Los Borgia, es muy buena! 🙂
Me lo apunto en destinos para visitar. Gran blog!