Arquitectura de Valencia más allá de Calatrava
Bueno esta entrada va a ser bastante especial por la relación que me une con Valencia. Es una ciudad que conozco muy bien. Nunca he vivido en ella pero si la he ido visitando unas tres veces al año durante toda mi vida y puedo decir que he vivido en carnes el proceso de transformación que ha sufrido en los últimos 25 años. Lo primero que tenemos que admitir es que ha habido una revolución respecto a la arquitectura de Valencia brutal. Para bien o para mal, que cada uno opinará, pero lo cierto es que el cambio ha sido gigantesco.
Poneos cómodos porque este artículo va a ser largo. Largo pero bonito y muy ilustrado. Y además voy a dedicarle todo mi cariño que se lo merece y de sobra.
Valencia es una ciudad que mola. Mucho. Es una ciudad de un tamaño perfecto, con “río”, mar y personas muy agradables que siempre me han acogido como a uno más del grupo. Su ámbito cultural bastante desarrollado, moderna en muchas vertientes, tradicional en otras… incluso con su Guardia Heavy aún activa y latiendo. Lo cierto es que es una ciudad inmejorable para vivir a la que únicamente le sobran dos cosas: los pegajosos meses de julio y agosto y un circuito de Fórmula 1. Por lo demás perfecta. Incluso arquitectónicamente siempre ha sido una ciudad que ha desprendido clase, mucha clase. Y de eso vamos a tratar en el artículo de hoy. De las joyas que encierra la ciudad, que no todo el mundo conoce y que pueden representar una buena alternativa (o complemento) a la hoy tan típica visita a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Un paseo alternativo por las calles de esa Valencia no tan conocida turísticamente. La del Eixample.
Aunque bueno, también reconocemos que a pesar de la animalada de pasta que ha costado, del gran uso que se le da actualmente (jijiji) y de los magníficos acabados de todos sus edificios (jijijijiji), la Ciudad de las Artes y las Ciencias es un entorno espectacular como pocos y en el que si lo que se va buscando es sacar fotos increíbles, no hay mejor decorado -y perdón por lo acertado del sustantivo- que éste.
Ahora sí voy a dar un poco de caña con vuestro permiso… El problema es el mismo que tanto ha pasado, pasa y pasará en nuestro país. Querer ser siempre más de lo que uno puede llegar a alcanzar y compararse con realidades que no son alcanzables. Y nos referimos a la realidad política valenciana. Vamos a ver, Valencia es la tercera ciudad de España, todos de acuerdo. Pero es y será la tercera. Por mucho que haya anhelo de colocarse a la altura de Madrid y Barna, es algo que nunca sucederá. Simplemente por el mero hecho de que tanto una como la otra son dos islas dentro del territorio nacional. Islas que han ido cimentándose (y financiándose) durante mucho mucho tiempo y que una ciudad construida sobre una base de arena deprisa y corriendo en la vida podrá aguantar el ritmo de ellas. Por la sencilla razón de que no hay infraestructura, ni tradición, ni potencia económica suficientes.
Y eso es lo que pasó, castillos en el aire: Copa América, el Nuevo Puerto, el Veles e Vents, la F1, las Artes y las Ciencias, el Nuevo Mestalla, Nou Campanar, el Papa, la Mama y la Llama que llama… Y como resultado, una ciudad de cartón piedra donde los precios han subido de forma exponencial en los últimos 10 años -porque aquí sí que están casi casi a la par que las dos grandes- y el ciudadano medio valenciano con un cabreo de dos pares de narices.
Pero bueno alejémonos del foco vírico de la Valencia Vanguardista y centrémonos en el artículo. Encaminemos nuestros pasos hacia El Eixample y para ello primero de todo crucemos el Puente de las Gárgolas. Los Guardianes de Valencia. Veis, cosas así, sí. Detalles. Con mucha clase, distintos, espectaculares, originales y que poco a poco pueden crear una seña de identidad propia. Mis diez a esta idea y a esta decoración. Podéis encontrarlo en el río -obvio- justo después del Gulliver -otra gran obra emblemática de finales del XX- y su nombre oficial es Pont del Regne. Recomendable su visita por arriba y por debajo. Muy bonito. Además como curiosidad deciros que es el más grande de la ciudad y que costó sobre unos 4 millones de euros. Y cada Gárgola -ojito Calatrava / Barberá- no llegó a los dos millones de pesetas cada una… Raciocinio le llaman -60 kilos salió “El Jamonero” por lo visto-.
Bueno olvidados y alejados ya de la nueva arquitectura de Valencia, y situados en pleno Eixample, nos situamos en la Calle Jorge Juan con Cirilo Amorós. Ante nosotros se erige una mole bastante llamativa construida en estilo modernista a principios del S. XX. Y como buen edificio modernista que se precie todos sus elementos están relacionados unos con otros buscando además la espectacularidad en sus formas y decoraciones. Para nosotros es un elemento primordial de la ciudad de Valencia y por el que hemos transitado infinidad de veces durante nuestra infancia. Se encontraba en el camino a casa de mis tíos y prácticamente, cada vez que iba a la ciudad de vacaciones, estaba todos los días allí de visita para jugar con mis primos.
El Mercado de Colón desde su inauguración se convirtió en uno de los más prósperos de la ciudad pero a finales de los 90 su popularidad y uso fue decayendo. Me imagino que por la proliferación de Mercadonas y Consums por la zona y la cercanía de El Corte Inglés. El caso es que cada vez fue a peor, afectando a la calidad de los productos y al mantenimiento del edificio y acabó cerrando su actividad. Eso sí, felizmente en 2003 fue renovado y reconvertido a la galería comercial que es hoy día y uno de los espacios más bellos de la arquitectura de Valencia vuelve a estar lleno de vida y a pleno rendimiento. Lo vertebran cafeterías, restaurantes y puestos de pequeños objetos. Muy chulo para un café en su planta principal o una cita romántica en su planta sótano.
No muy lejos de allí, a escasos 200 metros, en la misma calle Jorge Juan esquina con Sorní, se encuentra nuestra próxima parada en el recorrido por la arquitectura de Valencia. Se trata de la conocida como Casa de los Dragones. Una particular finca, también modernista, que escapó de elementos regionalistas como los del Mercado de Colón y se dejó llevar por influencias fantásticas y figurativas. En concreto por algo tan guapo y cojonudo como son los dragones.
Construida en 1901, seguramente esta particularidad de su fachada es la que haya permitido salvarse a la finca de la fiebre especulativa de los años 60-70 que transformó la Calle Sorní y Colón tan próximas al edificio.
Continuamos con el paseo. Volvemos sobre nuestros pasos y enfilamos la Calle Cirilo Amorós dirección Ruzafa. Al llegar a la altura del número 31, actual 29 (o al contrario) volvemos a encontrarnos con otro de los edificios más particulares de la arquitectura de Valencia. Como los dos anteriores, también modernista, aunque éste sí claramente de influencias regionalistas, su construcción se basó en intentar unir el concepto edificación con el concepto naturaleza. Y el resultado fue éste:
Una finca basada en el color más puro que existe, el blanco, decorado con elementos vegetales y ornamentado con figuras que representan a la naturaleza en su interacción con el hombre. Nos referimos a la actividad agraria. Especialmente bella es la puerta de entrada que emula el paso al mundo natural y cuya forma nos traslada directamente a la puerta que nos abriría David el Gnomo en el caso de que nos invitara a merendar a su casa. Se conoce como Edificio Ferrer y bebe de la corriente vienesa de la Sezession y de la Escuela de Glasgow.
Y hemos dejado el que para nosotros es el edificio más espectacular de la arquitectura de Valencia para el final. Hay que andar un poquito. Hasta las inmediaciones de la trasera de la Plaza de Toros si salimos a Colón o un poco más allá de la Calle Ruzafa si hemos salido a Gran Vía. Bien, la finca está en la Calle Castellón Número 20. Y creo que en toda la ciudad no hay nada que se le parezca. Echadle un vistazo.
Se trata de algo tan marciano que yo no soy capaz de enclavarlo en ningún estilo. Vale, sí, es modernista también, no puede ser otra cosa, pero sus elementos son tan dispares que parecen tal fumada del arquitecto, que el tío tuvo que montarse su propio Woodstock en su casa dibujando los planos. Veo elementos egipcios, cromatismos aztecas, detalles judíos… una mezcla demasiado rara pero que sin embargo casa en su conjunto. Extraño sí, pero especial y único. A mí me recuerda al edificio donde se esconde uno de los replicantes en Blade Runner.
El autor se llamaba Juan Francisco Guardiola y era natural del cercano pueblo de Sueca. Allí también plasmó su arquitectura y su obra más representativa junto a esta “Casa Judía” como se la conoce en Valencia es la “Casa China” que se sitúa en Barcelona y que, como ésta, también mantiene su particular diseño y estilo. Os ponemos más fotos de la valenciana.
Y ya por fin para acabar con nuestro paseo por la arquitectura de Valencia alternativa a Calatrava os dejamos con una serie de fotografías que fuimos tomando mientras estábamos realizando el recorrido fotográfico para este reportaje. Son fotos al tun-tun de fincas de El Eixample y de Ruzafa y os recomendamos que si algún día paseáis por sus calles hagáis como en su momento nos enseñó a nosotros una persona muy querida: no vayáis con tanta prisa y mirad hacia arriba. Fijaos en los edificios que os rodean y disfrutad de las fachadas que veis cada día. Seguramente no le hayáis echado la cuenta que se merece a esa finca y quién sabe si algún día no será ésa la casa donde vivas…
Muy buenas fotos. No conozco muy bien Valencia. Tiene mucho que ver y no solo por las fallas. La zona cultural,de Vara, la arquitectura, sus mercados…Hay infinidad de lugares. Y como no,la Ciudad de las Artes y las letras.
Un Saludo . Muy buen articulo
Un artículo muy interesante repasando los importantes fuertes de arauitectura, parece mentira pero leyendo esta clase de artículos es cuando realmente aprendes cosas.
Un cordial saludo, Miguel.
Me ha encantado el Mercado de Colón, tiene un aire al mercado de la Boquería de Barcelona, las fotos son una auténtica maravilla, he disfrutado mucho con el artículo.
Puf, tengo pendiente conocer la arquitectura de Valencia y muchas otras cosas, genial artículo que me guardo en favoritos. Gracias!
Impresionante, no conocía mucho de Valencia, es más nunca la he visitado, pero por la televisión (principalmente en acontecimientos deportivos) veía parte de la arquitectura de la ciudad, sin embargo casi todo lo que se mostraba era de reciente manufactura y al ver este reportaje he quedado impresionado porque Valencia es mucho más que la Ciudad de la Ciencia y un par de sitios más . Un reportaje de diez que me servirá para apreciar mucho más la ciudad el día en el que vaya.
Siempre he tenido la idea de que Valencia era demasiado nueva, y a mi, amantes de la arquitectura histórica nunca me ha llamado la atención. Supongo que tengo una visita pendiente a la tierra de las paellas 😛