Bendito día en el que me encontré por casualidad este juego en una estantería de la Fnac a menos de un mes de recorrer Florencia. “Assassins Creed 2: Florencia y Venecia a tus pies” rezaba la caratula. Mmm, interesante. “Descubre la vida de estas dos ciudades en su apogeo renacentista, desarma toda una trama de conspiraciones urdidas por las más altas esferas de la época y si no te apetece, simplemente piérdete paseando por sus calles…”

“¡Joder, joder, joder! ¿Pero qué es esto?” Me preguntaba la lágrima que recorría mi mejilla ante su perplejidad de haber visto por una vez la luz del día y haberse visto desalojada de su vivienda habitual durante más de 30 años. No me lo pensé. Tras recibirme la cajera con un agradable buenos días y porferirle a cambio un sonoro “Shut up and take my money!”, me fui a mi casa sin perder un minuto más de mi, hasta entonces, incompleta vida.

A ver… me llamo Ezio Auditore y soy el hijo de un banquero florentino. Mola, jeje, soy un niñatillo y tengo pinta de chulo. Estoy en el Puente Vecchio y ¡vaya vistas! Joder si acabo de empezar y ya estoy metido en pelea contra una familia rival, “Los Pazzi”. Jaja, mira cómo reciben, qué pringaos, ¡toma, toma!. Bueno ya está, se acabó. ¡Anda mira mi hermano mayor! que vaya con él que tiene algo que enseñarme… Nos echamos una carrera y se apuesta conmigo a ver quién es capaz de subir antes hasta lo más alto de esa iglesia. Ok, pues adelante. Empieza la MÚSICA y ¡a trepar! Jeje, he ganado, pero mi hermano ni se inmuta y sigue subiendo hasta la cima de la atalaya para ayudarme y mostrarme la vista más increíble del Duomo de Florencia que pueda ver en mi vida…

Y con esta escena que te eriza los vellos y te los vuelve albinos, comienza la historia de Assassins Creed 2 con Florencia y Venecia como protagonistas. Un excelente guión nos irá atrapando en una historia increíble donde iremos descubriendo más y más elementos que nos irán explicando cómo una élite ha ido manejando los hilos de la Humanidad por los siglos de los siglos. Pero es que además se nos unirán en nuestra Cruzada particular personajes como Leonardo da Vinci, Maquiavelo, Rodrigo Borgia, Lorenzo de Medici, Savanarola… Cómo podéis intuir, una auténtica gozada para aficionados a la Historia y más en concreto para obsesos del Renacimiento.

¡Pero es que no queda ahí la cosa! Lo mejor de todo, es que mientras recorremos una y mil veces las calles de Florencia, Venencia, Forli y San Gimignano, nos saldrán reseñas informativas acerca de las Iglesias y Edificios Civiles que nos iremos encontrando, pudiendo incluso entrar en algunos de estos edificios y contemplarlos detenidamente. Durante horas y horas… porque el nivel de detalle es sencillamente espectacular e increíble. San Marcos, Santa María del Fiore, el Campanile de Giotto, el Arsenal veneciano…

Porque eso es sin duda lo mejor de este Assassins Creed 2: el contexto que lo rodea y los detalles que lo inundan. Como muestra y para no desvelar demasiado os cuento uno de ellos: poseemos una villa en Monteriggioni que deberemos restaurar. Pues bien, no sólo le daremos un lavado de cara, sino que además podremos decorarla con pinturas de artistas como Botticeli, Leonardo, Piero de la Francesca o Miguel Ángel (cada una con su correspondiente reseña por supuesto) que iremos comprando en los puestos de los marchantes de arte que encontraremos repartidos por las ciudades. ¿Puede haber algo más maravilloso?

Pues sí que lo hay: comprobar cómo, no llegando al mes después de haberme comprado el juego, ser capaz de orientarme por Florencia y encontrar los distintos monumentos gracias a las veces que había paseado por sus calles de forma virtual. Porque esa es otra, el mapa es real. No a escala 1:1 obviamente, pero sí respetando proporcional y geográficamente todas las localizaciones. Así que esa leyenda impresa en la carátula de “Assassins Creed 2: Florencia y Venecia a tus pies” no podía ser más acertada. Y sabéis qué es lo mejor de todo: que también existe la extensión que nos lleva a Roma. Y de la que, por supuesto, no muy tarde, también os hablaremos.