Florencia: Golden View, las mejores vistas del Puente Vecchio
Descubrimos este restaurante paseando una noche de agosto por las calles de Florencia asomándonos a la arcada del Puente Vecchio. “Mmm, mira eso Golden View, vamos a cenar allí seguro que hay unas buenas vistas” Y vaya si las había… Tuvimos que esperar un rato, porque a pesar de que ya era tarde, aún no había mesas libres. Tampoco se demoró demasiado, tras unos veinte minutos disfrutando de una cerveza y confesiones muy interesantes sentados en los taburetes altos de la coqueta barra que nos recibió, accedimos al salón y fuimos recompensados con una de las mesas mejor situadas de toda la sala. Justo en la esquina izquierda disfrutando de una diagonal espectacular del Río Arno y el maravilloso puente.
Absolutamente ensimismado por la vista del puente iluminado no pude apartar la mirada durante varios minutos, seguramente esperando ilusionado que Ezio Auditore recorriera velozmente las tejas de su voladizo y empezara a sonar la mágica música de Jesper Kyd. Tal era el trance que mi acompañante ya me tuvo que llamar la atención y decir: “¡Bueno qué, qué pasa contigo!”
Recuperado de mi viaje al Renacimiento sólo tuvimos que dejarnos llevar y disfrutar de los platos que recogía la carta. Una carta de cocina moderna con buenas propuestas y cantidades adecuadas. No es barato, aunque tampoco excesivamente caro. Dependerá mucho si acompañamos con vino. Unos 60€ por persona con 2 ó 3 copas (de vino) cada uno y postres. El interior es bastante bonito. De tonalidades blancas, recién remodelado y modernizado, resulta bastante acogedor porque las luces mantienen una intensidad moderada. El contexto es ideal para una cena romántica desde luego. Y es que su enorme ventanal apaisado que nos muestra el fragmento del Arno que va desde el Puente Vecchio, recorre el Corredor Vasariano y Los Uffizi y nos deja ver cómo el río se pierde a lo lejos en el horizonte, es muy difícil de superar. Más para cualquier aficionado a la historia, el arte y el Renacimiento como el que escribe.
Aparte de las salas que conforman el restaurante, también es posible ir a tomar una copa y disfrutar de música en directo con sesiones de jazz en vivo, degustar ostras y marisco en su zona de la Champagnería e incluso alojarse en unos de los apartamentos que tienen disponible. Eso sí, en este último caso preparaos porque las pernoctaciones no son baratas. Aunque bien es verdad que despertarse de buena mañana con esas vistas tras haber dormido sintiéndote como un noble florentino descendiente de Los Medici, no está mal como capricho.
Recomendamos ir por la noche, con el puente iluminado. Aunque si lo visitáis a cualquier hora del día porque no podáis dormir en Florencia, no os preocupéis porque seguro que Golden View os regalará las mejores vistas del Puente Vecchio en todo momento.
Las vistas, por supuesto. Increíbles, mágicas, listas para enamorar.
Te sumerges completamente en la Florencia renacentista. Tienes ante ti un paisaje único que no ha variado en 600 años y que has contemplado millones de veces en libros.
Sabes que estás en un lugar especial y eso crea un clima muy cómplice entre ti y con quien compartes mesa.
La carta de vinos es espectacular y superextensa. Eso sí, igual te llevas un buen susto al ver que hay botellas de hasta 9000€.
Es probable que te sorprenda música jazz en directo. Aunque tranquilidad porque nunca tendrá un volumen excesivo como para llegar a molestar.
Es recomendable, casi obligatorio, reservar con antelación. En época alta con días y puede que con semanas (meses de verano). La página web tiene servicio de reservas muy eficiente.
Ya lo hemos dicho, no es barato. Aunque pagas lo que estás disfrutando, claro.
La envidia de saber que hay gente que tiene un negocio así. Menuda mina...
La comida y la carta de vinos.
El servicio (nuestro camarero fue encantador).
Las vistas hacia el río y el "Ponte Vecchio".
La música en directo.
Si no reservas con tiempo, es difícil conseguir mesa delante de la ventana.
El precio es alto, pero no desentona con la calidad de la comida, el servicio y las vistas.
La separación entre mesas es "la justa".